“Quería una mejor educación”
Melba Beals recuerda como rompió la barrera del color en el colegio.
Estados Unidos solía ser muy diferente. Los niños blancos y los negros no podían usar las mismas fuentes de agua o los baños. Incluso, no podían asistir a las mismas escuelas. Esto cambió en 1954. Ese año, la Corte Suprema anunció que estaba en contra de la ley que las escuelas separen a los estudiantes blancos de los negros.
En ese momento, muchas escuelas eran todas de blancos o todas de negros. Tuvieron que integrarse. En 1957, nueve estudiantes negros fueron a la Escuela Secundaria Central en Little Rock, Arkansas. A la edad de 15 años, Melba Pattillo Beals fue una de los “Nueve Little Rock”.
“Quería una mejor educación,” le dijo Beals a News-O-Matic. Las escuelas negras no eran iguales a las escuelas blancas. La escuela totalmente negra de Beals tenía escritorios rotos y viejas máquinas de escribir. “Era un poco heredado de la escuela blanca,” explicó. Beals llamó a la Escuela Secundaria Central “un castillo.”
El 4 de septiembre de 1957, Beals y otros ocho estudiantes negros fueron a la escuela por el primer día de clase. Nunca llegaron a la puerta. Un grupo de personas blancas les bloquearon el camino. Algunos gritaron y escupieron sobre los estudiantes.
El presidente Dwight D. Eisenhower intervino. Envió a 1,200 soldados para escoltar a los estudiantes a la escuela de manera segura. El 25 de septiembre de 1957, Beals finalmente consiguió asistir a clases. Pero cada día fue un reto. “Era como ir a la guerra cada mañana,” dijo Beals. Ella dijo que los estudiantes blancos prefirieron “ignorarla”. “No había amigos.”
Una maestra ayudó a Beals. Fue la Sra. Pickwick. “Ella me protegió,” dijo. “Su regalo hacia mí fue el tener un buen corazón de maestro.” Pickwick no fue la única persona adulta que salió en defensa de Beals. El Dr. Martin Luther King también lo hizo.
Beals recordó su reunión. “Cuando él se sentó, no dijo ni una palabra,” dijo. Beals le dijo que ella no estaba siendo tratada justamente.
“Ahi fue cuando él me dijo, 'Melba, no seas egoísta. No estás haciendo esto para ti misma sino para las generaciones por venir,'” recordó Beals. “'Tienes que continuar.'” Beals había querido dejar la escuela. Pero ella sabía que el Dr. King estaba en lo correcto.
Luego del año escolar, Beals se mudó a California. Asistió a la universidad y estudió periodismo. Se convirtió en escritora y escribió libros. Y tuvo un mensaje para los niños hoy.
“El amor es la única respuesta,” dijo Beals. Y ella quiere que los adultos ayuden. “La integración depende de los educadores y padres, hacer que los niños reciban una experiencia el uno del otro,” afirmó.
“Y señalar que todos somos iguales.”
Actualizado el 13 de febrero, 2018, 5:01 P.M. (ET)
Por Laura Rubio